Nuestro servicio de Reparación de Abolladuras sin Pintura (PDR) elimina abolladuras, golpes y daños por granizo sin afectar la pintura original de tu vehículo.
Es rápido, económico y ecológico, ideal para restaurar el aspecto de tu coche conservando el acabado de fábrica.
Reparamos las abolladuras sin repintar, manteniendo el acabado de fábrica perfectamente intacto y sin defectos.
El PDR es más rápido y económico que los métodos tradicionales de reparación en talleres de carrocería.
Nuestros técnicos utilizan herramientas avanzadas para restaurar los paneles con precisión y cuidado.
Elige PDR por su rentabilidad, rapidez y capacidad para preservar la pintura original de fábrica de tu vehículo.
Es una solución ecológica que mantiene el valor del coche sin reparaciones invasivas.
No se necesita repintado, se mantiene el valor del vehículo.
A menudo más asequible que las reparaciones tradicionales de carrocería.
Las reparaciones suelen completarse mucho más rápido (a menudo en pocas horas).
Las reparaciones PDR menores normalmente no se registran en CarFax.
Perfecto para pequeños golpes de puertas, daños por granizo y pliegues leves.
Descubre transformaciones sorprendentes! Nuestra galería muestra los resultados impactantes del PDR profesional, restaurando los vehículos a su condición original impecable.
Sé testigo de la diferencia por ti mismo.
Nuestro proceso PDR directo garantiza resultados de calidad.
Evaluamos, reparamos con herramientas especializadas e inspeccionamos meticulosamente para asegurar tu completa satisfacción.
Inspeccionamos minuciosamente las abolladuras de tu vehículo y ofrecemos una estimación precisa y transparente.
Nuestros técnicos certificados eliminan hábilmente las abolladuras, preservando el acabado original de pintura de tu coche.
Aseguramos resultados impecables y tu satisfacción total antes de que retires el vehículo.
Encuentra respuestas a las preguntas más frecuentes sobre PDR.
Aprende sobre la elegibilidad, el tiempo de reparación, el seguro y los beneficios de este innovador método de eliminación de abolladuras.
El PDR es ideal para abolladuras donde el acabado original de pintura está intacto y no está agrietado, descascarado ni rayado.
Esto incluye principalmente daños por granizo, pequeños golpes de puertas, pliegues menores y abolladuras pequeñas.
El factor clave es el acceso a la parte posterior del panel y la elasticidad de la pintura.
Hay limitaciones cuando la pintura está dañada, el metal está muy estirado o arrugado (especialmente en líneas de carrocería marcadas), la abolladura es muy grande (por ejemplo, mayor que el tamaño de una pelota de fútbol) o el acceso a la parte interna del panel está completamente obstruido por componentes estructurales.
Abolladuras severamente estiradas o arrugas profundas suelen requerir trabajo de carrocería tradicional con repintado, ya que el PDR busca devolver el metal a su forma original sin afectar el acabado de fábrica.
Los técnicos de PDR utilizan un meticuloso proceso de apalancamiento y aplicación de presión precisa. Acceden a la abolladura desde detrás del panel (a través de las aberturas de las ventanas, los revestimientos de los guardabarros o retirando con cuidado el revestimiento interior) y utilizan varillas y picos de acero especializados, a menudo con varias configuraciones de puntas, para empujar, golpear y manipular suavemente el metal. El diseño exclusivo de estas herramientas permite aplicar una presión muy controlada en puntos específicos de la parte inferior de la abolladura. Además, la reparación de abolladuras con pintura seca a menudo implica el uso de técnicas de "extracción de pegamento" para zonas con acceso limitado por la parte trasera, en las que se aplica pegamento especializado y lengüetas en el exterior de la abolladura y luego se tira de ellas, seguido de un cuidadoso golpeteo hacia abajo para perfeccionar la reparación. La flexibilidad inherente a la pintura le permite estirarse y contraerse con el movimiento del metal cuando se realiza correctamente.
Sí, la PDR puede realizarse con éxito en paneles de aluminio, pero requiere un mayor nivel de habilidad y, a menudo, más tiempo. El aluminio es un metal "sin memoria", lo que significa que no tiene las mismas propiedades elásticas que el acero. Cuando se abolla, el aluminio tiende a estirarse más fácilmente y mantiene su forma deformada con más obstinación. Esto requiere una técnica más delicada y precisa, a menudo con empujes más ligeros y numerosos para devolver gradualmente el metal a su forma original sin estirarlo en exceso ni crear puntos altos. Para aumentar la maleabilidad del aluminio durante el proceso de reparación, pueden utilizarse herramientas PDR específicas para aluminio y, en ocasiones, aplicaciones de calor especializadas (aplicadas externamente y con precaución).
La temperatura influye significativamente en la elasticidad tanto de la pintura del vehículo como del metal. Las condiciones ideales de PDR suelen estar entre 15°C y 27°C (60°F y 80°F). A temperaturas más frías, la pintura se vuelve más quebradiza y propensa a agrietarse, por lo que es más arriesgado realizar el PDR. Por el contrario, las temperaturas extremadamente altas pueden ablandar demasiado la pintura y provocar manchas o marcas si las herramientas entran en contacto con la superficie exterior. Las instalaciones profesionales de PDR suelen mantener entornos climatizados para garantizar unas condiciones óptimas de flexibilidad de la pintura y manipulación del metal, minimizando el riesgo de daños en la pintura y garantizando una reparación duradera y de alta calidad.
La extracción con pegamento es una técnica de RDP que se utiliza principalmente cuando el técnico no puede acceder a la parte posterior de la abolladura. Este método consiste en aplicar pegamento caliente especializado en "lengüetas" de plástico o nailon de distintos tamaños que se adhieren firmemente al exterior de la abolladura. Una vez que el pegamento se enfría y se adhiere, se utiliza una herramienta de tracción especializada (como un minilifting, un martillo deslizante o un extractor manual) para tirar con cuidado de la lengüeta, tirando suavemente del metal hacia fuera. Después de tirar, el técnico utilizará una herramienta de "derribo" y un martillo de plástico para rebajar meticulosamente cualquier punto alto o ligero abombamiento que pueda producirse alrededor de la zona estirada, afinando gradualmente la abolladura hasta que quede enrasada. A menudo se utiliza junto con el empuje tradicional para una reparación completa.
El uso del reflejo de la luz es absolutamente fundamental en la PDR, ya que sirve como guía visual principal del técnico. Los técnicos de PDR utilizan "luces PDR" especializadas o "paneles reflectores" (a menudo con líneas o dibujos) que crean un reflejo distintivo en la superficie del vehículo. Al observar la distorsión de estos reflejos, el técnico puede identificar con precisión los puntos altos y bajos de la abolladura. Al empujar desde atrás, las líneas del reflejo se enderezan, lo que indica que el metal vuelve a su contorno original. Esta retroalimentación en tiempo real permite realizar microajustes y garantiza que la reparación sea suave e imperceptible desde cualquier ángulo, mucho más allá de lo que el ojo desnudo podría discernir sin esa iluminación.
Una de las ventajas más significativas del PDR es que no compromete la integridad estructural del vehículo ni el acabado original de fábrica. A diferencia de la carrocería tradicional, que implica lijar, rellenar y repintar, el PDR trabaja con el metal y la pintura existentes. Dado que no se retira ni se aplica pintura, la capa transparente original de fábrica, la capa base, la imprimación y las capas galvánicas de protección contra la corrosión permanecen totalmente intactas. Esto garantiza que la resistencia a largo plazo del vehículo al óxido y la corrosión no se vea afectada, y que la garantía de fábrica de la pintura siga siendo válida. En esencia, el PDR "restablece" el metal a su estado anterior al daño sin introducir materiales extraños ni alterar los procesos de protección originales del fabricante.